viernes, 25 de junio de 2010

Superación personal del individualismo

Grandes son los males, y tristes son los tiempos en nuestras sociedades occidentales/occidentalizadas, donde cada día nos enfrentamos a problemas que están cada vez más a la orden del día, siendo ya cuotidianos. Hemos perdido la capacidad de ver más allá de nosotros mismos y nuestras vidas. El individualismo personal, como principal prioridad, basándose en la propiedad, nos acorta nuestra concepción del mundo al aquí y al ahora, sin tener en cuenta hacia dónde nos dirigimos, qué queremos conseguir, qué será de nosotros en los próximas décadas, qué será de la humanidad, qué será de la vida en la tierra. Y en definitiva sin preguntarnos, ¿Cuál es nuestro rumbo, cuál nuestro destino?
Tomar nuestra vida individual, como forma individuoantropocéntrica de medir el mundo, actualmente, nos hace ofuscar todo lo que hable del qué hay mas allá, qué pasará después de que dejemos la vida aquí, del qué dejaremos, o cómo lo dejaremos para los que queden. El cortoplacismo se ha convertido en uno de los valores principales que se extienden a lo largo y ancho de nuestras sociedades. Este, tiene expresión en la corrupción, como malversación de fondos de forma ilegítima, que la política no sea política sino politiqueo, que quede inservible para solucionar los problemas derivados de la forma de relacionarse de las relaciones interpersonales, para convertirse en mero instrumento burocrático que legisla desde arriba y para arriba, sirviéndose de abajo para sustentarse a modo de despotismo. Así como la ineficacia e ineficiencia que inunda las vidas de las personas de los sectores públicos, adormecidos, por justamente serlo y tener asegurados ciertos aspectos en cuanto a garantías sociales.
Entonces nos preguntamos ¿cómo es posible corregir todos estos males sino es a través de la Educación Social? …entendiéndose esta en su concepto denotativo, sería el proceso de socialización y aprendizaje encaminado al desarrollo intelectual y ético de las personas y las sociedades. Independientemente de su etapa vital, su condición socio-laboral, grupo étnico, cultura… La educación, ha sido olvidada en su fin, y despreciada en su objetivo. Es decir, tomando la Educación como herramienta, como elemento canalizador de su significado real, tenemos que esta, tiene que tener ciertos objetivos concretos. Los cuales hoy por hoy, no están predeterminados de forma clara, sino más bien, son generalizados (y por lo tanto potencialmente confundidos) invisibilizados y desvalorizados.
Debemos postularnos a favor de una educación comprensiva, una educación que nos dé la posible solución a estos males aquí tratados. Y esto se trata a través de la concienciación, moral y ética, es decir, el conocimiento del individuo sobre sí mismo y sobre su entorno por un lado, y el juicio de valor sobre nuestras acciones, por otro. Pues es el asumir nuestra responsabilidad social, entendiendo este como un compromiso entre las partes. Por lo que este comprometimiento, condescendencia y responsabilidad, no hace ser consecuentes con nuestros actos, y por lo tanto conscientes de los mismos y sus implicaciones para con la sociedad.
La consciencia social, es el elemento base y uno de los fundamentales, para lograr el sentido de utilidad social en nuestros actos, con una coherencia (praxis) y justicia vinculantes, que logren la abolición de la corrupción y el abuso arbitrario de cualquier tipo de poder dominante en relaciones por tanto desiguales. La concienciación social, como modo de superación de la cultura cortoplacista, y poder definir proyectos a largo plazo que superen la vida individual; que los políticos trabajen para el bien de la sociedad a lo largo de la historia y no para ganar las elecciones. La concienciación social, como valor necesario para una sociedad asumida y verdaderamente democrática, donde se dé la socialización democrática, y la democratización de la sociedad.
Por todo esto, es necesaria una redefinición de los objetivos y un recordatorio de los fines de la Educación. Es necesaria una coeducación entre todas las personas que conformamos las sociedades. Necesitamos una reeducación de lo ya aprendido y asumido que no nos trae bienestar sino más bien lo contrario. Necesitamos, en definitiva, una Co-Re-Educación.